Caí y tu fuerza me ayudo a pararme, sin embargo volví a tropezar y en el momento en que empezaba a tocar el piso me sostuviste nuevamente.
Solo tu sabes reconfortar a este corazón cobarde que lucha hoy mas nunca en una batalla que no concluye... pero siempre estas tu ahí... al inicio, al final, estas tu mi fuerza, mi fe y esperanza.
Caryto
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