viernes, 10 de agosto de 2007

Mutuo




Quise escribir, contarle cosas…


Y un silencio absurdo


que recoge mis cabellos los bota,


tras mi sombra,


me acalló el gemido


y de mi nombre hizo su gloria.


Un secreto mudo, con las huellas encastradas


me encajó los dedos y los ojos


tras su paso…me enterró el delito


de ser carne, boca de agua, mano andada…


Y arrugó mi voz, como piedrilla en la garganta,


o como nudo de sangre en la corbata,


o en la manga.


Quise decirle, hablarle tantas cosas,


un rosario,


una alborada, esa constancia...


Que dijera entre comillas nostalgias,


que me viven en las piernas si se marcha,


y que me llenan los bolsillos


si me abraza.


Y el ritmo azul, de mis arterias dilatadas,


no pudo más, que ser arcano, o ser enviado…


y viajó, allá, entre las puntas


maltratadas…


Que atan crueles, a mis dedos, que gritando


piden lanzas, piden fuego,


espina y armas…


Para decirle, amigo, hombre, amor, pasión, mi alma;


que aun sin lengua que haga nido en mi palabra…


Será su voz, ...siempre


mi canto a la esperanza.




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