VIRGEN DE URCUPIÑA

RELATO DE LA APARICIÓN DE LA

Cuando una campesina apacentaba sus ovejas en el cerro, se le aproximó una señora con su niño en brazos y sostuvo con ella una larga y amena conversación y al despedirse de ella, le prometió reiterarle sus visitas, promesa que cumplió entreteniéndose con ella en otras ocasiones.
Aquello que para la niña era lo más natural no les pareció a sus progenitores quienes al saberlo fueron a contar a los vecinos de la próxima población de Quillacollo, los mismos que rogaron a los campesinos darle noticia cuando el hecho llegara a repetirse, los mismos que ordenaron a su hija que, al repetirse la visita de la señora, antes de que se despida les de inmediato aviso. Reiterada la visita, la niña pidió licencia y corrió a dar el aviso a sus padres, los mismos que a su vez corrieron a dar noticia a los pobladores de Quillacollo que en tropel acudieron al lugar indicado y vieron desde lejos a la bellísima señora que no era otra que la Virgen , quien al ver que la pastora no aparecía se levantó del lugar donde estaba sentada y se dirigió cuesta arriba mientras la niña mostraba a todos gritando:”Allí está, ya está en el cerro”, en su lengua nativa:”Jaqayqa Orqopiña”. La Señora llegada a la cumbre desapareció.
Es también tradición que en el lugar de las visitas de la Señora a la campesina, encontraron la imagen de la Virgen venerada desde entonces bajo el título antiquísimo de la virgen de Urcupiña.”

Esta fiesta de Urcupiña nos puede servir como una buena oportunidad para renovar nuestra perspectiva. Nos puede llamar a la renovación de nuestro propio compromiso con las exigencias del Evangelio, especialmente con las que nos llaman a amar a nuestro vecino tal como nos amamos a nosotros mismos.

Realmente ella es nuestra mamita la cual tiene el don de integrar a nuestra patria, por eso se le llama fiesta de la intregracion nacional que incluso llego a romper fronteras porque ella recibio a peregrinos de todo el mundo.